martes, 27 de abril de 2010

Extracto de Francisco BIlbao, en "El Evangelio Americano" (1864)

El Soberano.

Hombre de República, tu honor es ser Republicano, tu gloria es haber conquistado la República, tu derecho de gobernarte a ti mismo es la República, y tu deber es hacerlo siempre. No permitir jamás otro gobierno, ni otra autoridad sobre ti mismo que la propia autoridad de la conciencia, el propio y personal gobierno, la razón individual.

¿Por qué?, Porque el hombre es soberano. Si el hombre es soberano, no puede haber otra forma legítima de gobierno que la que consagre e instituya y realice la soberanía del hombre.

Si el hombre no es soberano, entonces la monarquía, el imperio, la teocracia, la aristocracia, la feudalidad, las castas sacerdotales, militares, propietarias, toda forma de opresión no solo posible, sino justa.

La moral y la religión que niegue la libertad es moral y religión de esclavos. La soberanía es el principio de todas las ciencias sociales.

Examinemos lo que es soberanía. Veamos si es el principio humano por esencia. Demostremos el axioma, si es posible.
El hombre es individuo. Es indivisible, él mismo y no otro. El individuo no se puede dividir. Dicha individualidad es la condición fundamental de su existencia. ¿Qué es lo que constituye la individualidad del hombre? Su pensamiento, su conciencia, su razón, su voluntad.

Un individuo Cuyos atributos esenciales son la razón y la voluntad, es una persona. La personalidad es la conciencia de la propia individualidad. Sé quién soy, por mi propio pensamiento. Si otro pensase por mí no sería yo, sería otro una parte de otro; y está probado que soy indivisible, impartible.

Sé que soy yo y no otro, por la conciencia de mi propia voluntad. SI otra voluntad operase en mí, no sería yo sino instrumento de otro, sería cosa de otro, que es lo que se llama esclavitud.

Si soy yo, individuo, persona, propiedad consciente de mi yo, porque yo soy el que pienso, el que ejecuto los actos de mi personalidad. Yo soy el SOBERANO.

Es decir que soy libre, la libertad es mi soberanía.
Soberanía es, pues, autoridad propia. Yo me mando, yo me gobierno. El gobierno verdadero del hombre es, pues, la soberanía del hombre. El gobierno falso es el que niega o no reconoce la igualdad de todo soberano.

El fondo, la esencia del verdadero gobierno es, pues, la igualdad.

La libertad sin la igualdad es el privilegio.
La igualdad sin la libertad es la nivelación de los esclavos.

Yo soy el hombre, todos los hombres. Mi libertad es la libertad de todos. Si ser libre es mi derecho, ser libre en todos, es lo que se llama mi DEBER.

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