lunes, 22 de febrero de 2010

Pasajes del Diario de viaje de María Graham por Chile, 1822


(ortografía de la época)

Texto 1.

Viernes 17 de Mayo.-Tres días de neblina y de lluvia nos previenen de la partida del tiempo seco y en consecuencia, el dueño dé la casa ha mandado trabajadores para arreglar el techo para el tiempo húmedo que va á llegar. Esto me ha dado oportunidad para iniciarme en todos los misterios de la albañilería y arquitectura chilena, sea de la manera de edificar que hay aquí, sea cual sea la denominación que se le dé. Los pobres campesinos viven en chozas semejantes á las viviendas primitivas de todos los paises; pero, construidas con menos cuidado aqui, donde el clima es tan suave y la temperatura tan igual, que con tal que el techo resista bien las lluvias no importan gran cosa las murallas. Estas chozas se hacen con estacas enterradas en e! suelo y unidas entre si por medio de palos transversales, amarrados con soga ó cordel, hecho con cáñamo del país, con correas. Algunos sólo tienen una espesa muralla de ramas de arrayán ó de hinojo, que algunos rellenan con arcilla en sus aberturas, blanqueado las paredes unas veces con cal que sus habitantes saben preparar en los yacimientos de conchas descubiertas en el país desde antes de la invasión de los españoles, sea con una especie de ocre blanco, que es muy fino y se encuentra en grandes en diversas partes del país. Los techos son de construcción más solida y tienen, generalmente, sobre vigas de soporte un techo de ramas revocado con barro y cubierto con hojas de palma tejera, que es muy común en los valles de Chile. Emplease también para los techos el hinojo, la caña y cierto pasto bastante largo y bonito. Por pobre que sea la casa, siempre tiene, sin embargo, una construcción separada para la cocina.

Texto 2.

Nos dirigimos á Quintero, deteniéndonos á descansar en la vieja casa á orillas de 12 laguna. Por ser hacienda principalmente ganadera, su población no guarda proporción con su superficie. Cada valle tiene, sin embargo, una ó dos habitaciones, alrededor de las cuales, después de la época lluviosa y mientras los panados pacen en las montañas, forman los campesinos sus pequeñas chacras, como llaman Ios terrenos en que cultivan habas, calabazas, melones, cebollas, patatas, judías (ó fréjoles que constituyen uno de sus principales artículos de su alimentación) y otros vegetales. Deben cosechar estos productos antes que el ganado vuelva al llano, porque el patrón tiene derecho de echar los animales a todos los campos de cultivo, con mucho gravamen á veces de los campesinos, obligados á trabajar seis, ocho, diez doce ó más días al año, á voluntad del patrón y según la época.

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